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MIÉ 24.02.2016
De los peores momentos también se pueden extraer cosas positivas. Eusebio puede habernos mostrado un buen ejemplo de ello.
El técnico aprovechó el varapalo de Gijón, con 3-1 abajo al descanso y una imagen muy mejorable, para meter a Oyarzabal todo el segundo tiempo a jugar en banda izquierda, juntándole con Jonathas y Vela por primera vez en todo el curso como tridente atacante. Ya venía jugando minutos frente a Valencia y Dépor, pero solo 20’ en total…
Algo diferente debió de ver Eusebio durante ese segundo tiempo. La siguiente jornada, en Anoeta frente a Betis, apostó por ellos para el once. Era la primera titularidad en Liga BBVA para Oyarzabal. Y desde entonces, el canterano txuri-urdin no ha dejado de ser titular. Siempre junto a Jonathas y Vela. Y la Real no ha dejado de ganar.
Solo Real Sociedad y Barça arrastran cuatro triunfos seguidos.
Estos tres hombres han sido troncales, porque han marcado durante esta racha una media de dos goles por partido entre ellos. Pero Eusebio, además, ha demostrado tener, al menos, un pilar fijo en cada línea restante: Rulli es su portero, Mikel es su defensor e Illarramendi, su mediocentro.
Estos últimos tres jugadores, junto al trío atacante, han sido los únicos seis hombres que han sido titulares durante los cuatro encuentros triunfales
Eusebio ha conseguido dotarse de una rotación profunda para sus alineaciones, incluyendo dentro de sus variables a jugadores con peso como Xabi Prieto, Pardo o Iñigo Martínez, que aunque han jugado mucho, no han sido fijos en esta etapa. Con ello, ha logrado ‘tener enchufados’ a varios hombres por puesto de centro del campo hacia debajo, desarrollándose una competencia interna muy saludable.
La delantera, no se toca.
Y dentro de estos, respetando la gran contribución del brasileño Jonathas y el mexicano Vela, Mikel Oyarzabal es, sin duda la gran sensación.
El joven canterano del club (1997) parece poseer todas las condiciones necesarias para desarrollar una carrera exitosa: tiene gol –tres desde su titularidad-, sabe asociarse entre líneas, entiende la parte táctica del juego y tiene potencia física suficiente como para colaborar en los balones aéreos y la segunda jugada.
Él es la pieza que necesitaba Eusebio para ensamblar su once: alguien que sume con balón, un hombre al que le favorezca el juego combinativo que quiere desarrollar la Real Sociedad, pero sin perder kilómetros ni trabajo.
Oyarzabal: jugador txuri urdin que más balones robó en el derbi vasco (10).
Con Oyarzabal dentro del sistema, Jonathas es más Jonathas porque recibe más balones en ventaja para hacer lo que mejor sabe: marcar goles –cuatro goles en los últimas tres partidos-. Y Vela también crece, puesto que tiene otro socio más para combinar y otro receptor dentro del área para cazar sus envíos –cuatro asistencias y un gol en los últimos tres choques-.
Y no menos importante: el equipo donostiarra ha mejorado su capacidad defensiva, recibiendo muchas menos ocasiones de gol en cada encuentro. De hecho, no ha encajado un solo tanto en los últimos tres choques, algo que no lograba desde que Bravo defendía la meta realista…
Una de las principales bazas que está manejando Eusebio es la inclusión de Diego Reyes como mediocentro en los partidos lejos de Anoeta –RCDE Stadium y San Mames-, colaborando ostensiblemente en el equilibrio del equipo y garantizando músculo en partidos cerrados.
Dado el momento actual de la Real Sociedad, no se hace extraño saber que muchas personas en San Sebastián ya han dejado de mirar hacia debajo en la tabla. Empiezan a soñar con ‘su’ Real en Europa…
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