Este domingo tuvo lugar el que se ha denominado derbi de Sant Jordi: el primer encuentro entre Girona y Espanyol en Montilivi desde que los locales compiten en Primera División.
Pero el día antes de la cita se jugó otro partido muy singular: un amistoso entre los equipos de LaLiga Genuine de ambos conjuntos. Espanyol (primero en liga) y Girona (quinto) se dieron cita en el campo de fútbol de Riudarenes, lugar habitual de los entrenamientos del primer equipo, para disputar el derbi más especial de Sant Jordi.
Allí acudieron las Federaciones de Peñas de ambos equipos y sus presidentes, que se intercambiaron una rosa y un libro con motivo de esta festividad en Cataluña, mostrando así el apoyo de las peñas a los specials.
Un ejemplo más de que la pasión por unos colores se transmite independientemente de quien vista la camiseta y que los valores del fútbol van más allá de los 90 minutos del partido oficial.
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